La función terminó y no encontraba a sus padres. Un empleado del teatro la cogió en brazos y fueron a buscarlos entre los abrigos y la gente. Aparecieron cuando casi no había nadie, bien vestidos, con cara de circunstancias. El empleado vaciló disimulando un sobresalto. Miró a la pequeña, pero ésta no estaba ni más contenta ni más asustada que unos minutos antes y accedió a colgarse del brazo de aquella señora mayor llena de agujeros. Tras despedirse dieron media vuelta y se marcharon mientras la pregunta crecia y crecia y crecia...
uf
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